Los procedimientos sanitarios forman parte del día a día de las cocinas de la restauración colectiva. Ofrecer comidas de calidad implica, ante todo, velar por la seguridad de los consumidores. La reglamentación impone obligaciones a los restauradores, pero ellos a su vez tienen que poder confiar en sus proveedores. Para garantizar la salud de las personas, han surgido varias normas y certificaciones. Una de las más conocidas es la del BRC (British Retail Consortium). Vamos a exponer los motivos por los que este distintivo constituye una garantía de calidad para los profesionales.
¿Qué es la certificación BRC?
El BRC es una asociación que congrega a unos 170 agentes británicos de la distribución, entre ellos Tesco o Marks & Spencer. En 1998, la agrupación publicó la primera edición del «Food Technical Standard and Protocol» para proveedores agroalimentarios. Desde entonces, han aparecido siete ediciones. Esta metodología define las normas y hábitos que las empresas deben respetar para que los comercios británicos las distribuyan.
En la actualidad, la certificación BRC sigue afectando al mercado británico, pero se ha impuesto más extensamente como un estándar de las buenas prácticas que el sector alimentario debe seguir. Existen oficinas de control comisionadas para supervisar la aplicación de las recomendaciones, por medio de encuestas, auditorías y visitas in situ, con la finalidad de garantizar la calidad de la producción.
Las evaluaciones incluyen múltiples criterios, referentes tanto a la implementación de medidas preventivas y correctivas como a la adopción de decisiones estratégicas por parte de las empresas. Al respeto de las normas, la formación del personal o el control de los productos y los procesos se suma una auténtica política de mejora continua para reducir los riesgos todo lo posible.
Una garantía de confianza, por la calidad y la seguridad
Garantizar la seguridad de los alimentos es el reto imprescindible para toda la cadena agroalimentaria, desde los productores hasta los restauradores, pasando por los transformadores y los distribuidores. Este imperativo sanitario se basa en el respeto por las reglas HACCP (Hazard Analysis Critical Control Point): detectar los peligros, decidir cómo prevenirlos, implementar un sistema de detección, y definir las medidas correctivas en caso de incumplimiento. Las normas HACCP se enmarcan en una política de mejora continua, para conseguir que los métodos y las prácticas evolucionen cada vez más con el propósito de reducir los riesgos.
Los criterios de la certificación involucran a toda la empresa: por supuesto, a la metodología HACCP, pero también al respeto de las normas, el control de los productos y los procesos, la formación del personal, la estrategia de la dirección, etc.
Para los profesionales de la restauración, esta certificación es una garantía de confianza. Ofrecer alimentos que respondan a las más elevadas exigencias sanitarias brinda la certeza de no perjudicar la salud de los clientes. La elección de un proveedor acreditado por el BRC responde a ese imperativo. La implementación de procedimientos exigentes y de controles constituye una demostración de que la certificación BRC merece confianza.
Cocotine se siente orgullosa de ostentarla, como un reconocimiento a la legitimidad de su compromiso con la calidad. En línea con nuestros valores, es la prueba del trabajo de nuestros agricultores-cooperativistas y de los empleados de nuestras plantas de transformación, para proporcionar los mejores ovoproductos a la restauración colectiva. ¡Encontrará todas nuestras recomendaciones en el kit para ser un chef de calidad 100%!